Debido a la gran cantidad de gente que cuestiona de manera sistemática la eficacia del psicoanálisis, me gustaría compartir con todo aquel que esté interesado en este tema, el siguiente trabajo o reseñar escrita por Óscar Garnés-Camarena Estruch en torno a un artículo científico de Shedler (2010). Relativamente reciente, este trabajo nos sirve para derribar algunos de los grandes prejuicios en torno al psicoanálisis.
La introducción de dicho trabajo es la siguiente:
En marzo de 2010, Jonathan Shedler publicó un artículo donde resume los resultados de algunos estudios que muestran la eficacia de la terapia psicoanalítica. Los resultados ofrecidos muestran una magnitud del efecto para las terapias de orientación analítica similar a aquellas que tradicionalmente se han considerado psicoterapias basadas en la evidencia. Además, el autor propone que la eficacia de las psicoterapias de base no psicoanalítica puede estar en parte promovida por la utilización de técnicas que son centrales en la teoría psicoanalítica.
Os dejo el link para todo aquel que le interese profundizar en el tema.
http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000690
EL CASO DE VÍCTIMAS DE FAMILIAS DISFUNCIONALES
En mi opinión la eficacia de las técnicas psicoanalíticas para tratar problemas como los sufridos por las víctimas de familias disfuncionales, es superior a las demás técnicas psicológicas debido fundamentalmente a que el psicoanálisis es la única técnica que considera la psique no como un todo, no como una unidad, sino como un algo estructurado en diferentes niveles y con diferentes componentes.
Según Freud la mente se organiza en tres niveles: la mente consciente, el preconsciente (que almacena recuerdos fácilmente recuperables) y la mente inconsciente que guarda y conserva pensamientos, sentimientos, impulsos, deseos y recuerdos de los que no somos conscientes-es quizá el nivel o parte más irracional por contraposición a la consciente y también la que más influye en nuestros comportamientos y decisiones y por ende en nuestras vidas-.
Freud consideraba que la mayor parte de los sentimientos y recuerdos del inconsciente no nos resultan agradables y que con frecuencia nos esforzamos en evitarlos o esquivarlos, lo cual requiere no poca energía psíquica.
Por otra parte, las tres estructuras básicas o elementos de la personalidad son el "yo", el "ello" y el "superyo".
El "ello" representaría los aspectos instintivos del ser humano y mueve por el principio del placer. Se dice que el "ello" tiene como único propósito satisfacer las necesidades básicas o deseos del ser humano.
El "superyo" incluye todos nuestros valores, ideales y el sentido del bien y del mal. El "superyo" está presente en el consciente, en el preconsciente y en el inconsciente y se esfuerza por perfeccionar nuestro comportamiento y adaptarlo a las normas y valores morales y sociales. El "superyo" a su vez tiene dos partes principales: el ideal del yo y la conciencia moral. Es el encargado de hacernos sentir mal o culpable cuando pensamos o llevamos a cabo algo prohibido o no aceptado por la sociedad.
Por su parte, el "yo" es el componente que se encarga de encarar la realidad, intentando que los impulsos del "ello" sean socialmente aceptables, mediando entre el "ello" y el "superyo", y procurando satisfacer los impulsos del "ello" pero respetando las reglas y normas del "superyo".
Cuando el "superyo" es rígido o inflexible, es fácil que se desaten conflictos entre este componente y los otros dos (el "yo" y el "ello") porque la más mínima desviación de la norma o de lo moralmente aceptado, es reprendido o rechazado por el "superyo". En el caso de las víctimas de familias disfuncionales, si el "ello" nos sugiere abandonar el seno familiar porque somos desgraciados en él, un "superyo" estricto nos frena porque "abandonar" a la familia no es socialmente aceptable. Un "yo" débil o no suficientemente fuerte, no sabrá arbitrar esa situación de conflicto, y se desencadenan la angustia, la ansiedad, la amargura, la desazón, el insomnio,...el sufrimiento intenso, en pocas palabras.
Ese sufrimiento intenso puede resultar insoportable para muchas personas, y es por ello que muchas víctimas de familias disfuncionales acaban drogándose o desarrollando otro tipo de dependencias para olvidar o distraer ese sufrimiento atroz.
A finales de los 90, algunos psicólogos empezaron a adoptar la terapia cognitivo-analítica, una orientación que integra las técnicas conductivo-conductuales, predominantes en esa época e incluso bien entrado ya los 2000, y las técnicas psicodinámicas, herederas del psicoanálisis. Recientemente, vemos cómo el paradigma actual, el que predomina sobre todo en el ámbito académico y de consulta clínica, se va alejando de los procesos cognitivos para centrarse en los procesos emocionales y motivacionales inconscientes del ser humano. Por otra parte, a la luz de la neurología, se están logrando niveles de conocimiento de los mecanismos dinámicos del inconsciente cada vez más profundos, rescatando así el valor del psicoanálisis en el abordaje de numerosas problemáticas emocionales.
Os dejo algunos enlaces que pueden ser de utilidad para profundizar en el tema abordado:
https://www.psicoactiva.com/blog/psicoanalisis-enfoque-psicoanalitico-la-psicologia/
https://www.youtube.com/watch?v=v2hDEhQnCzA
http://www.ugr.es/~aula_psi/Psicoanalisis.htm
La introducción de dicho trabajo es la siguiente:
En marzo de 2010, Jonathan Shedler publicó un artículo donde resume los resultados de algunos estudios que muestran la eficacia de la terapia psicoanalítica. Los resultados ofrecidos muestran una magnitud del efecto para las terapias de orientación analítica similar a aquellas que tradicionalmente se han considerado psicoterapias basadas en la evidencia. Además, el autor propone que la eficacia de las psicoterapias de base no psicoanalítica puede estar en parte promovida por la utilización de técnicas que son centrales en la teoría psicoanalítica.
Os dejo el link para todo aquel que le interese profundizar en el tema.
http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000690
EL CASO DE VÍCTIMAS DE FAMILIAS DISFUNCIONALES
El estudio precedente hace referencia a la eficacia de las técnicas analíticas en general. Centrémonos sin embargo ahora en su eficacia en relación al tratamiento y resolución de problemas o trastornos psicológicos en el caso de víctimas de familias disfuncionales.
Según Freud la mente se organiza en tres niveles: la mente consciente, el preconsciente (que almacena recuerdos fácilmente recuperables) y la mente inconsciente que guarda y conserva pensamientos, sentimientos, impulsos, deseos y recuerdos de los que no somos conscientes-es quizá el nivel o parte más irracional por contraposición a la consciente y también la que más influye en nuestros comportamientos y decisiones y por ende en nuestras vidas-.
Freud consideraba que la mayor parte de los sentimientos y recuerdos del inconsciente no nos resultan agradables y que con frecuencia nos esforzamos en evitarlos o esquivarlos, lo cual requiere no poca energía psíquica.
Por otra parte, las tres estructuras básicas o elementos de la personalidad son el "yo", el "ello" y el "superyo".
El "ello" representaría los aspectos instintivos del ser humano y mueve por el principio del placer. Se dice que el "ello" tiene como único propósito satisfacer las necesidades básicas o deseos del ser humano.
El "superyo" incluye todos nuestros valores, ideales y el sentido del bien y del mal. El "superyo" está presente en el consciente, en el preconsciente y en el inconsciente y se esfuerza por perfeccionar nuestro comportamiento y adaptarlo a las normas y valores morales y sociales. El "superyo" a su vez tiene dos partes principales: el ideal del yo y la conciencia moral. Es el encargado de hacernos sentir mal o culpable cuando pensamos o llevamos a cabo algo prohibido o no aceptado por la sociedad.
Por su parte, el "yo" es el componente que se encarga de encarar la realidad, intentando que los impulsos del "ello" sean socialmente aceptables, mediando entre el "ello" y el "superyo", y procurando satisfacer los impulsos del "ello" pero respetando las reglas y normas del "superyo".
Cuando el "superyo" es rígido o inflexible, es fácil que se desaten conflictos entre este componente y los otros dos (el "yo" y el "ello") porque la más mínima desviación de la norma o de lo moralmente aceptado, es reprendido o rechazado por el "superyo". En el caso de las víctimas de familias disfuncionales, si el "ello" nos sugiere abandonar el seno familiar porque somos desgraciados en él, un "superyo" estricto nos frena porque "abandonar" a la familia no es socialmente aceptable. Un "yo" débil o no suficientemente fuerte, no sabrá arbitrar esa situación de conflicto, y se desencadenan la angustia, la ansiedad, la amargura, la desazón, el insomnio,...el sufrimiento intenso, en pocas palabras.
Ese sufrimiento intenso puede resultar insoportable para muchas personas, y es por ello que muchas víctimas de familias disfuncionales acaban drogándose o desarrollando otro tipo de dependencias para olvidar o distraer ese sufrimiento atroz.
A finales de los 90, algunos psicólogos empezaron a adoptar la terapia cognitivo-analítica, una orientación que integra las técnicas conductivo-conductuales, predominantes en esa época e incluso bien entrado ya los 2000, y las técnicas psicodinámicas, herederas del psicoanálisis. Recientemente, vemos cómo el paradigma actual, el que predomina sobre todo en el ámbito académico y de consulta clínica, se va alejando de los procesos cognitivos para centrarse en los procesos emocionales y motivacionales inconscientes del ser humano. Por otra parte, a la luz de la neurología, se están logrando niveles de conocimiento de los mecanismos dinámicos del inconsciente cada vez más profundos, rescatando así el valor del psicoanálisis en el abordaje de numerosas problemáticas emocionales.
Os dejo algunos enlaces que pueden ser de utilidad para profundizar en el tema abordado:
https://www.psicoactiva.com/blog/psicoanalisis-enfoque-psicoanalitico-la-psicologia/
https://www.youtube.com/watch?v=v2hDEhQnCzA
http://www.ugr.es/~aula_psi/Psicoanalisis.htm
Hola! Viví con una madre psicópata narcisista y una familia bastante patológica y tóxica. A raíz de lo vivido, estudié psicología y me especialice en psicología clínica. Nunca planee ser psicóloga, de hecho esperaba estudiar otra profesión pero por tantos problemas familiares no me pude concentrar haciendo otra carrera. Entonces me hice psicóloga y me sirvió mucho para sanar lo vivido. A pesar de esto, tuve que hacer terapia psicoanalítica con varios profesionales porque el daño fue muy grande. Por mi experiencia de vida no soy la psicóloga que cree en los mandatos de que la familia debe permanecer unida a pesar de los problemas ni en el discurso de perdón y olvido, que más que un discurso psicológico es un discurso cultural que permea la sociedad occidental,especialmente en países donde la relación familiar es tan importante. Mis terapeutas se confundían con mi caso, me aconsejaban que cortara la relación con mi familia pero cuando lo hice, me insistieron en perdonar y lamentaron mucho mi divorcio con la familia. Creo que tuvieron sentimientos encontrados por que esto del mobbing familiar es como un tabú social.
ResponderEliminarHola Anónima:
ResponderEliminarEfectivamente, la mayoría de psicólogos creen a pies juntillas en el mandato del "honrarás y obedecerás a tus padres" por encima de todo. Lo cual, a mi modo de ver, les impide actuar con objetividad y profesionalidad en estos casos. Y efectivamente también, tal como tu dices, algunos profesionales de la psicología confunden discurso psicológico con discurso cultural. Pero hay esperanza, porque hay ciertos psicólogos que algunos excelentes profesionales como José Luis Cano o Olga Pujades llaman, "millerianos", de esos que, como tú, no creen en el dogma de que la familia debe permanecer unida pase lo que pase, que están ahí para ayudar a las víctimas de padres tóxicos.
José Luis Cano elaboró hace tiempo una lista de psicólogos "millerianos" que pudieran ayudar a víctimas de familias disfuncionales, tal vez te interese formar parte de esa lista para tratar a otras víctimas de estos entornos. Busca su blog y sus artículos.
Un saludo.
Hola Gema. Acabo de descubrir que existes y aunque me gustaría leerte, todavía son una desconfiada de las compras por Internet por lo que no hr podido leer tus libros. Pero bueno, veo que todo se puede superar y eso me anima. Mi historia personal también esta marcada por crecer en un entorno disfuncional, en mi caso, llegue a comportarme como la madre y padre de la familia, la que resolvía los problemas familiares y económicos o buscaba ayuda, pero de nada valia porque no se implicaban ni querian cambiar,... y aunque a día de hoy he superado mucho y en gran parte he roto la relación con mi familia hay algo que me sigue atando y quitando el sueño y es que tengo un hermano 11 años menor que yo, de quien me he encargado como su fuera mi hijo. Siempre he justificado mi comportamiento porque mi hermano tiene discapacidad mental y siempre lo he visto vulnerable y a eso se han agarran mis padres, ya que saben que lo único que me interesa de ellos es mi hermano. Pero es complicado, cuando ves en esa persona los rasgos comportamentales de tu padre y como el resto de la familia lo culpabiliza a él de su mal y agresivo comportamiento cuando yo lo que veo es un reflejo de la educación recibida principalmente de mi padre, que actua así en la intimidad, cuando la familia extensa no lo ve y a diferencia de mi hermano, mi padre sabe actuar muy bien delante de los demás y por supuesto, la poca gente que sabe como me siento en el entorno familiar no me entiende. Dando por hecho que exagero o soy yo que tengo mal carácter. Así que, de manera muy resumida esta es mi historia, la que me ha marcado y me sigue marcando, ya que el sentimiento de culpa me abarca por no ceder a sus deseos, que sería llevarme a mi hermano a vivir conmigo y así ellos pueden vivir su vida feliz, ya que mi hermano para ellos es una carga de la que no sacan provecho económico, sino el de dar pena por tener un hijo tan violento que los trata mal y ellos? Como lo tratan a él? Gracias por ofrecernos este espacio para compartir.
ResponderEliminarHola, Anónima: Muchas gracias por esta bien sintetizada reseña de tu vida. Entiendo lo que dices. Tu caso es particularmente doloroso porque te preocupa la situación de tu hermano discapacitado. No es fácil tomar una decisión en tu caso. Tal como apuntas, alejarse definitivamente de tu familia, supondría dejar a tu hermano abandonado. Y él no se puede defender. Quizá, tal y como apuntas, la solución sería llevártelo a vivir contigo o a un piso tutelado, si se da tal posibilidad. Sé que escribiste tu post en 2019 y han pasado ya tres años. Tal vez hayas conseguido resolver esa delicada situación. Un abrazo y mucha fuerza.
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